El periodismo de investigación mexicano triunfa en los Premios García Márquez
Junto a los mexicanos brillaron los argentinos, que ganaron en dos de las cuatro categorías.
El periodismo de investigación mexicano que destapó el escándalo de la lujosa mansión que posee el presidente de ese país, Enrique Peña Nieto, triunfó hoy en el Premio Gabriel García Márquez, que reconoció en la ciudad colombiana de Medellín a los mejores trabajos de Iberoamérica.
La cita, que celebra su tercera edición, volvió a congregar a lo más selecto del oficio en un festival que concluirá mañana tres días trufados de encuentros y conferencias en las que se divulgaron propuestas periodísticas de más de una decena de países.
Entre todos ellos, la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), creada por García Márquez en 1994, eligió como mejor propuesta en la categoría Cobertura a la investigación "La casa blanca de Enrique Peña Nieto", de los mexicanos Rafael Cabrera, Daniel Lizárraga, Irving Huerta, Sebastián Barragán y Carmen Aristegui.
Este trabajo sobre la lujosa casa de la familia presidencial, que fue financiada por un contratista del Gobierno, ha sido uno de los más comentados del evento, toda vez que ha sido en este foro en el que Aristegui ha anunciado que demandará al Estado mexicano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por obstruir su litigio con el grupo MVS, que la despidió en marzo.
Su salida del medio de comunicación, que muchos interpretaron como un golpe a la libertad de prensa por la investigación sobre el presidente, fue rechazado hoy por varios periodistas iberoamericanos, que firmaron un documento de apoyo a Aristegui.
Al recoger el galardón entre una fuerte ovación, la periodista dijo que historias como esta "son una muestra" de lo que ocurre cuando se difuminan los límites del poder.
"Este premio nos va a ayudar con nuestros problemas de autoestima", sostuvo Aristegui.
Junto a los mexicanos brillaron los argentinos, que ganaron en dos de las cuatro categorías.
Javier Sinay se impuso en el apartado de Texto por su crónica "Rápido, furioso, muerto", que relata en la revista Rolling Stone argentina la muerte de Axel Lucero, un joven de 16 años obsesionado por las motos que murió al tratar de robar la moto de un policía en Buenos Aires.
Su compatriota Laura Zommer, junto al equipo de Chequeado, ganó en la categoría de Innovación por su portal "Chequeado.com", el primer medio independiente de América Latina dedicado al "fact-checking" o verificación del discurso de políticos, economistas, empresarios y líderes sindicales y sociales, entre otros.
"Quiero agradecerles por dejarnos innovar, por dejarnos experimentar", pudo comentar Zommer antes de romper a llorar de emoción ante la audiencia.
En el último apartado, Imagen, venció el chileno Tomás Munita por su serie "Vaqueros Extremos", publicada en National Geographic, en la que retrata a los gauchos bagualeros, quienes se dedican a recuperar el ganado salvaje de la Patagonia con un durísimo trabajo considerado en vías de extinción.
Munita competía con los españoles Álvaro Ybarra Zavala, que retrató en su serie "Donbass" la vida en esta región que hace un año era ucraniana y ahora forma parte de Rusia, y José Palazón, autor de la fotografía "Paisajes de desolación" en la que se ve a un grupo de golfistas jugando mientras de fondo varios inmigrantes tratan de escalar la valla que separa la frontera hispano-marroquí en el norte de África.
El galardón, que tiene la forma de un teclado con letras destacadas que forman la secuencia "Gabriel", el nombre del nobel, tuvo este año la novedad de dar el reconocimiento "Clemente Manuel Zabala a un editor ejemplar", que fue a parar a Mauricio Sáenz, de la revista colombiana Semana.
Sáenz elogió la figura de Zabala, editor y maestro periodístico de García Márquez en el diario El Universal de la ciudad colombiana de Cartagena a finales de los años 40, y rindió homenaje a quienes trabajan "en las soledades tardías de la redacción".
El "Reconocimiento a la "Excelencia" de este año fue para la veterana periodista brasileña Dorrit Harazim, de 72 años, que definió el oficio como "bizarro".
"No conozco otra profesión que dependa tanto de la suerte, la casualidad y la curiosidad. Ni tampoco una en la que se considere un privilegio narrar el horror de la humanidad", declaró Harazim, quien llamó a los periodistas a ayudar a entender mejor el mundo.
EFE